Hay tres razones
por las que ahora edito
para internet y no para el cine.
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Lee primero el que más te mole, el orden de los factores no altera mi producto, ahora produzco para internet y punto.
A menos que tengas una propuesta de ficción opuesta al capitán del Titanic, la marihuana o una maquilladora con pamela, no me escribas.
Repito.
Escribe a solo sitienes algo distinto que ofrecerme.
Bien.
Una estrella internacional...
...responde al grito de “un nombre que no comparto porque no me apetece una demanda” y al de “jamón del bueno”.
Icsofacto, gritas jamón y viene. Viene desde UK hasta Alcalá del Río, Sevilla.
-Deja de buscar en google actores británicos vivos y atiende a la historia.-
Aunque no lo creas, ese era su sueldo para un secundario en la primera pelícua que rodé y monté.
Todo el jamón que pudiera digerir.
Creo que salió más caro el collar que el perro, pero eso no es cosa mía.
La estrella era mía. Más bien, yo suya, porque mi responsabilidad como primera de Produ eran los actores.


La estrella era adorable, risueña y colorada -agosto en sevilla, tu me dirás- como Santa Claus.
En este filme, la señora de santa sería la diva -española, con solera, bella como ella sola y oculta por evitar lo del juicio-.
No literalicéis la metáfora, la peli va sobre una Growshop en un pueblo, nada de renos ni santos, sobre todo santos.
Porque la diva fue un oscuro objeto del deseo tanto para Buñuel como para la estrella.
-Ea, ahí tienes una pista. Úsala sabiamente-.
Un día, la santa estrella leía -con la mirada más picarona que le permitía su edad- la escena del beso entre su personaje y el de la diva.
No podría asegurarlo, pero creo que llegaba a sonrojarse ante la imágen de la susodicha. O sólo eran las quemaduras de 4 grado por el sol sevillano, como digo yo no aseguro nada.
Lo que si aseguro.
¡Ja!
Es que no le hizo ni puta gracia que cambiaran el reparto en el último momento.
Este píxel es la catalana, que en paz descanse.
Yo no voy a hablar mal de las muertas.
La estrella tampoco.
Pero cuando estuvo viva, dejó bien clarito que
“Se negaba a besar a la catalana, porque no sería creíble un beso entre lo que parecía una madre y su hijo”.
jajaja
Hoy me río recordando cada una de sus peleas, pero nos lo hicieron pasar canutas.

La marihuana...
...en sí no me supone un problema.
Pero claramente ibas a leer antes esta historia si la llamaba así que si escribía “La historia de como las cadenas hacen arte descafeinado para mentes descafeinadas”.
Por lo pronto la peli se titulaba Grow Shop.
Tras firmar el contrato con la cadena me hicieron abrir el Premiere de nuevo, borrar el título y escribir…
Escribir…
Joder, que duro escribirlo de nuevo.
Escribir “imagine el título más adecuado para un telefilm
de domingo Antena 3, que no me relacione con las
anécdotas y con una supuesta infracción al DNA que firmé”.

Os contaré algo mas para que esto no se quede corto, pero yo ya con esto tengo suficiente para huir del cine, del país y de la lengua española.
Bueno.
“Imagine el titulo”, por supuesto, era más digerible para el público mayoritario.
Y claro, no podías hacerle al público lo que nosotros a la estrella -pincha aquí para enterarte de esto-.
No puedes vender gato por liebre.
Así que mejor quita las escenas en las que fuman, suaviza el tono y exalta el valor de la amistad.
No entiendo, porque la mayor exaltación de la amistad se da con un porro en la mano, pero ellos sabrán que coño quieren.
Este es el cartel del primer largo que monté allá por 2017.
La cosa es que la primera idea era montar por primera vez un largometraje subversivo y macarra.
Una peli sobre las visicitudes del dueño de una grow shop en un pueblo cerrado, que pelea con los vecinos por defender sus principios.
Esa peli se convirtió en la bonita trama de un afable empresario al que no le pasa nada, que apenas lucha por nada y no se besa con nadie porque enseñarlo es demasiado duro para el público.
¿Y eso me hizo abandonar el cine?
Por supuesto que no.
Pero a nadie en el equipo le importó que destrozaran la idea original y eso plantó una semilla.
Ví lo que significaba el cine para esas personas, porque esas personas tienen que comer, esas personas se han acostumbrado a que hundan sus aspiraciones.
Quería irme antes de ser esa persona.
Una maquilladora con pamela...
...me echó del rodaje.
Esto empieza así.
Recuerda. Sevilla. Agosto. Rodaje de Segunad oportunidad -RIP Grow Shop-.
El director gritó “cada persona que está en esta sala genera 209W. Estamos a 40º. Los que sobren. ¡Fuera!”
Arte había construido una grow shop con techo de chapa.
Un aplauso para el departamento de arte.
No paréis, la jefa de maquillaje se merece otro.
Yo estaba repasando los cambios de guión por temas de censura. Estaba absorta. Estaba cabreada. No oía nada.
- ¿Me has oído?
- ¿Eh?
- Chica, tienes que salir fuera.
Nunca entendí por qué usaba Pamela en un interior a 40º.
A mi me sudaba hasta el culo del calor y del nerviosismo.
Claro, ella no estaba nerviosa, tenía todo el control, tenía arrugas y una pamela. En un rodaje no puedes contradecir a alguien así.
Pero yo tenía que hacerlo.
Pffff… que pereza pelearme con una Pamela despues de 9 horas rodando.
Pero debía hacerlo, debía hacer mi trabajo.
- Lo siento, pero tiene que salir fuera usted.
- ¿Disculpa?
- Soy primera de producción, no se me permite abandonar campamento - así llaman al set de rodaje- . Su segunda está encargada de los brillos. Debe irse al combo para el raccord, no deje sola a la script.
Salió del set.
Recuerdo mirarme los pantalones por si se veía el cerco de sudor.
No volvió a dirigirme la palabra en 4 semanas.
Volví a coincidir con ella, fue encantadora y no parecía recordar nada. Para ella fue una situación tensa más. Una de tantas. Eso es un rodaje con 60 personas. Tensión.
Ahora mi set es una mesa con calienta tazas, los rodajes de 3 personas acaban con un buen almuerzo entre risas y nadie lleva Pamela.
Si no llevas pamela escríbeme a
